,Mindfulness Eating

Una guía para Re-Descubrir el sanar y disfrutar tu relación con la comida.

Cuando escuchas completamente las reacciones de tu cuerpo a la comida, prestas atención no solo a tus cinco sentidos: sabor, olfato, tacto, vista, sonido, sino también a sensaciones corporales más sutiles, emociones y desencadenantes de la comida.

Al perfeccionar este tipo de conciencia, puedes descubrir cómo los diferentes alimentos impactan tu cuerpo, mente y tus experiencias cotidianas.

Podrías descubrir que cierta comida siempre te marea y que otra comida te da energía. O puedes darte cuenta de que solo comes un alimento en particular cuando estás ansiosa o solo comes en exceso cuando estás triste.

El objetivo es simplemente escuchar, aprender y luego tomar acciones que apoyen mejor las necesidades del cuerpo.

 

En mi certificación de hambre emocional vemos 4 hábitos que pueden estar diciéndonos que comemos de manera emocional y que muchos de nosotros tenemos alrededor de la comida.

Podemos tener solo uno de ellos o podemos tenerlos todos. Estos hábitos alimenticios son:

1. Tener problemas de confianza (simplemente no puedes evitar comer)
2. Ser un «complaciente» (ceder a las opciones de comida de otras personas)
3. Temer lo mundano (crees que comer sano sería demasiado aburrido)
4. Control de antojos (te golpeas por pequeños «errores» de dieta)

Al tomar conciencia de tus hábitos alimenticios, puedes explorar mejor las razones detrás de ellos y establecer estrategias para cambiarlos.

Por ejemplo, si eres como yo y anhelas el control, podrías trabajar practicando la autocompasión o la aceptación para que no seas tan dura contigo
misma cuando tu dieta es imperfecta.

Si te agrada, puedes practicar el ser asertiva, tal vez solicitando encontrarte con un amigo en un restaurante más saludable. O si le temes a lo mundano, podrías obtener un nuevo libro de cocina y aprender algunas formas divertidas y creativas de cocinar comidas saludables.

Las 10 claves para desarrollar tu Mindfulness Eating

 

1. Evita la distracción:

Adopta la mentalidad de «Cuando como, solo presto atención al comer».

Para ello, propicia un ambiente tranquilo, puedes apagar la televisión, desactivar tu teléfono… sintoniza contigo mismo – con tu cuerpo y la comida –

¿Estas preparada para el reto?

 

2. Come en un lugar tranquilo y sin distracción:

Sé que no siempre es posible comer en tranquilidad. A veces, comer en familia supone tener que atender, hablar, reír, discutir…

¡Todo a la vez!

Todos estos estímulos harán que no seamos conscientes de nuestra alimentación, que no saboreemos esos platos, esas frutas, esas verduras o esa carne como de verdad necesitamos.

Casi sin darnos cuenta, comemos en exceso y mal.
Así pues, siempre que te sea posible, come en silencio y en calma.

 

3. Haz de tu plato un arcoiris:

Juega con los sentidos, apreciarás esa diversidad de los alimentos de la naturaleza y a la vez te resultará atractivo empezar a comer.

En los colores residen los micronutrientes, vitaminas y minerales.

 

4. Reflexiona sobre la procedencia de los
alimentos que hay en tu plato:

Cómo han crecido de la naturaleza y la cadena de recursos necesarios hasta llegar a tu plato.

Luego AGRADECE ese alimento. Serás consciente de lo que nuestra propia naturaleza es capaz de conectar

 

5. Se el último en acabar de comer:

Las prisas son nuestro peor enemigo en la alimentación.

Si comes rápido ingerirás, lo quieras o no, más de lo debido y, a su vez, tus digestiones serán mucho más pesadas.

 

6. Mastica como si fuera el último bocado que te vas comer:

Nota la textura en la boca, su sabor. Reducirás tu ansiedad, y es posible que te sientas más saciado.

Con la masticación se activan las enzimas específicas necesarias para digerir los alimentos y al descomponer los alimentos: en la boca empieza la digestión.

 

7. Usa alimentos puros, frescos y de temporada en tu plato:

Brotes, semillas, legumbres, cereales… traen la energía y beneficios de la tierra y todo esto se nos traspasará al consumirlo.

 

8. Practica ejercicios de respiración profunda:

10 respiraciones que te servirán para tranquilizar tu estado de ansiedad si cargas con alguna emoción negativa antes de empezar.

 

9. Come despacio y toma conciencia:

¿Cómo te sientes a la hora de comer?

Después de cada bocado. Descubrirás que patrones te relacionan con la comida.

 

10. Disfruta de ti y de la persona que te acompaña en el comer:

Si no comes solo: es la esencia del ESTAR PRESENTE, AQUÍ y AHORA.

 

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